Gracias a las características inherentes del acero, como su flexibilidad y su resistencia, desde la década de 1920 la industria automotriz lo ha escogido como el material fundamental para el diseño y construcción de cientos de carros a nivel mundial.

A lo largo de los años, el proceso de fabricación y utilización de este acero se ha ido actualizando para hacer a los vehículos más resistentes, y se espera que la década que estamos viviendo sea determinante para un cambio importante de tendencias en cuanto a su construcción se refiere.

De acuerdo con los datos de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), un vehículo de motor puede utilizar en promedio hasta 900 kilogramos de acero.

A nivel mundial, la demanda de elementos sostenibles para la construcción en la industria automotriz ha incrementado. En 2025 se espera que el acero represente el 60% de los materiales para utilizar en la producción de automóviles.

Con base en datos de la Asociación Mexicana de Industria Automotriz (AMIA), la producción de vehículos ligeros alcanzo cerca de 3.9 millones de unidades en 2024 

Aunque los resultados de 2024 son impresionantes, el sector enfrenta desafíos, como la desaceleración económica en Estados Unidos, la adopción de estándares tecnológicos más estrictos y la necesidad de mejorar la infraestructura energética y logística.

A pesar de estos resultados, la industria enfrenta desafíos importantes: la desaceleración económica en Estados Unidos, la adopción de estándares tecnológicos más estrictos, y la necesidad de fortalecer la infraestructura energética y logística. No obstante, el crecimiento de la demanda de vehículos eléctricos y la apertura de nuevos mercados internacionales permiten anticipar un panorama favorable para 2025.

El papel del acero no solo es crucial en la fabricación actual, sino que se proyecta como un elemento esencial en el futuro de la movilidad: vehículos autónomos, eléctricos y modelos compartidos seguirán requiriendo soluciones avanzadas basadas en este material.

En América Latina, México lidera el consumo de acero en el sector automotriz, y la demanda seguirá en aumento. Por ello, contar con una asesoría especializada que acompañe el crecimiento de las empresas del sector resulta indispensable.

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